De todos los elementos, el sabio debe tomar el Agua como su preceptora.
El Agua es dúctil pero a todos vence. El Agua apaga el Fuego o, ante la posibilidad de la derrota, escapa como vapor y asume una nueva forma.
El Agua arrastra la Tierra blanda o, enfrentada a las rocas, busca un rodeo.
El Agua corroe al hierro hasta que se desmorona como polvo.
Satura la atmósfera y así el Viento muere.
El Agua cede ante los obstáculos con engañosa humildad, pues ningún poder puede evitar que siga el destino de su curso hasta el mar.
El Agua vence siendo dúctil, nunca ataca, pero siempre gana la última batalla.
El sabio que se transforma en Agua se distingue por su humildad, adopta la pasividad, actúa desde la no acción y conquista el mundo.
Tao Cheng
Cuando llega el invierno, el «elemento Agua» representa un nuevo ciclo de vida. El movimiento disminuye, llegan momentos de quietud, la energía, se concentra para resurgir en primavera, empujando con decisión y dando paso al proceso de renovación que dará lugar cada año.
El Agua nos da la posibilidad de fluir, de esa forma nos facilita nuestra adaptación a las distintas fases de la naturaleza. Su blandura, en contraste con su irresistible potencia, se convirtió en el símbolo de vida en el Tao. Nada de lo que existe es más suave, blando y escurridizo que el Agua y cuando se enfrenta a lo más duro, nada se le puede resistir. Lo débil vence a lo fuerte.
En invierno, en este momento del ciclo de la vida, los campos están pelados de vegetación, sólo se encuentran vestidas las pocas especies que han logrado adaptarse a la dureza del frío. Las semillas, que fueron esparcidas por el viento, ya están en proceso de gestación, abrigadas por la capa de hojas descompuestas que las cubrieron durante la estación del otoño.
Durante este período, la vida permanece en su estado más primitivo, es época de descansar, recuperarse, acostarse pronto y levantarse con la luz del sol. Los días son más cortos y las noches frías y largas, estamos en la fase más Yin del año. El mejor momento, por tanto, para recargar nuestra energía, como haremos con cada órgano en su estación.
Hay que proteger y reforzar la esencia del ser que alimenta y renueva nuestra fuerza vital, que se encuentra en nuestro riñón. En el riñón, guardamos la energía que une el pasado y el futuro, la ascendencia y la descendencia y el origen de nuestra inteligencia heredada.
El color negro de las profundidades pertenece a este elemento, el frío del Norte será su clima y punto cardinal en el Cielo Posterior (en esta vida), aquel que daña el riñón cuando no está abrigado y se enfría, por eso es importante cuidar la zona lumbar y evitar alimentos fríos y crudos. El Oeste es el punto cardinal de su Cielo Anterior (antes del nacimiento).
La vejiga es el órgano Yang que le acompaña. El riñón se relaciona con el oído como parte externa que le representa y evidencia la razón por la que todas las patologías de los oídos tienen en él su raíz.
El tejido, que depende de su energía directamente, son los huesos y la médula ósea, por lo que, en el ciclo de la vida, como aportación, le toca asumir el almacenamiento y las reservas del “Jing”: la energía más profunda y sutil del organismo (la quinta esencia) que determina la constitución básica para el desarrollo del individuo. Si el Jing es fuerte, los huesos, articulaciones y la memoria serán fuerte. El lugar de su almacenamiento es en el «Ming Men» o “Puerta de la Vida” situada en los riñones.
En el cabello podemos ver un indicador de una buena energía de riñón. Si es débil se pondrá el pelo prematuramente blanco, o se caerá. La salud de los dientes tiene que ver igualmente con la energía de riñón.
También pertenece al riñón, las suprarrenales y gónadas (ovarios y testículos), que controlan la sexualidad. Su buen funcionamiento facilita la fertilidad y el desarrollo de un buen embarazo. La mayoría de las veces el único impedimento para quedar embarazada es únicamente un desequilibrio entre los polos Yin y Yang. En los riñones reside la base del equilibrio Yin-Yang de nuestro organismo.
En ellos tenemos la raíz del Agua y la del Fuego. Si uno decrece, el otro también. Ambos tienen que estar en equilibrio.
El Agua, luchadora, persistente, intuitiva, con sensibilidad para empatizar mostrando su flexibilidad y sabiduría.
Esta mañana nevada
Incluso el caballo
Es digno de mirar
Haikus de Basó 1644-94
En estados de desequilibrio, peligra por su extrema vulnerabilidad, se diluye su fuerza de voluntad; aparece el miedo, que la disminuye hasta desaparecer; se vuelve arrogante, temeraria e imprudente, padece de incapacidad para llegar a relajarse y puede sufrir de ofuscación, hasta tal extremo, que puede caer en depresión, incluso en la locura.
A las personas que han nacido en este signo se las respeta por su clarividencia y originalidad; son más pensadoras que hacedoras y para ellas es muy fácil quedarse sentadas reflexionando, mientras el mundo continúa moviéndose a su alrededor; en las profundidades del abatimiento y la soledad siempre guardan la chispa de su potencial de renovación.
Los objetivos terapéuticos para el riñón, son mover los fluidos, mantener el calor, promover actividad física, socializarse y expresar las emociones.
En cuanto a la alimentación: los alimentos astringentes y salados provocan retención de líquidos, por lo que deben consumirse con precaución; abusar del picante y lo amargo provocan demasiada pérdida de calor y de líquidos y puede causar la pérdida de esencia del riñón.
Hacer ejercicio, caminar, es esencial para conservar el tono muscular y circulación de la sangre.
El compromiso con los demás mantiene la motivación fundamental para vivir y se necesita para recargar la energía del riñón.
Reforzar los abdominales y las lumbares repercute en tener más fuerte los riñones (como es afuera es adentro).
Si nuestros pies están fríos debemos calentar nuestros riñones: aplicar moxa en puntos de la espalda.
También podemos darnos cada noche un baño de pies con agua caliente con jengibre, facilitará el sueño y recargaremos mejor las pilas.
La rigidez, el frío, el miedo, excesos de todo tipo, falta de descanso, sueños deficientes, pérdida de apetito, pérdida de peso, melancolía, abusar de alimentos crudos, bebidas frías, son los motivos del debilitamiento del riñón.
Para mantener unos riñones saludables, lo más importante es evitar el gran desmineralizante: el azúcar, porque debilita los huesos, los dientes, el Qi de bazo (energía vital que anima una eficaz digestión) y disminuye el potencial Yin-Yang de los riñones.
Pueden causar también daño a los riñones:
– Los congelados o los helados (aún tomándose calientes, los debilitan y enfrían, pierden su calor interno).
– Los ayunos prolongados.
– El exceso de sal.
Durante el invierno, con el frío se necesitan comidas calientes y bien condimentadas, que nos proporcionen la energía calorífica que nos permita aguantar el frío extremo.
Condimentamos con más aceite, miso, cocciones más prolongadas, más proteínas y grasa, podemos usar más horno y salteados más prolongados.
Las azukis, en guiso con calabaza, alga kombu y shoyu, refuerzan los riñones, el bazo y el páncreas.
Hay alimentos que benefician la energía del riñón, consumirlos nos ayuda a preservar su fuerza interna:
Algunos alimentos-medicina, como las nueces, el sésamo negro, todas las semillas oleaginosas, algas, cerezas, raíces (zanahoria, nabo, remolacha) calabaza, apio, col, trigo, los cereales en grano, mijo, estigmas de maíz.
Miguel Priego
Consultor de Macrobiótica en La Biotika. MCT. Diagnóstico por los 5 elementos
https://www.labiotika.es
Enhorabuena por la explicacion! Mil Gracias !
Muy interesante. Pero lo del trigo… Yo me he quitado el trigo porque es transgénico.