Hace miles de años, los sabios de Oriente crearon una definición de la felicidad –el objetivo de todos en este mundo- que me parece aún muy válida:
Según ellos, el hombre feliz es el que
1- Tiene una vida larga y saludable, y se interesa por todo.
2- No tiene preocupaciones de dinero.
3- Sabe evitar instintivamente los accidentes y las dificultades que pueden llevar a una muerte prematura.
4- Comprende que el universo está ordenado a todos los niveles.
5- No tiene el deseo de brillar en el primer rango, lo que provoca la caída al último, sino que busca el último para terminar situado para siempre en el primero.
La filosofía oriental enseña el medio de alcanzar esta felicidad en todos los planos: individual, familiar y social. No busca explicar la estructura del universo más que para mostrarnos cómo conseguir en la práctica esta felicidad. La mayoría de los grandes hombres se han hecho a sí mismos, por lo que la educación escolar es inútil y habría que prohibirla. La educación profesional crea esclavos y la mentalidad del esclavo es incompatible con la felicidad.
Extracto del libro de MACROBIÓTICA ZEN de George Ohsawa