Primer paso
– Come solo cuando tengas hambre y bebe solo cuando tengas sed.
– Reduce el consumo de huevos y carnes rojas (cerdo, buey, ternera, cordero, embutidos).
– Introduce en tu alimentación toda clase de pescado fresco.
– Reduce el consumo de productos lácteos y de grasas saturadas. Incluye en cada comida una porción de ensalada o un plato de verdura.
– Reduce el consumo de congelados enlatados y comidas preparadas.
– Consume alimentos frescos y de cultivo biológico.
– Sustituye en tu cocina ingredientes refinados por ingredientes integrales y biológicos.
– Dedica un lugar específico en tu cocina a tus propios ingredientes.
– Acepta la sociedad que te rodea; tú has decidido hacer un cambio, ellos no.
– Empieza a tomar clases de cocina natural.
– Consolida un grupo de apoyo para hablar de las experiencias o cocinar juntos.
– No intentes cambiar a nadie, especialmente a tu familia.
– Relájate al salir con los amigos. Hoy en día puedes comer de forma natural y saludable en cualquier ciudad.
– Comparte tu comida con quien se interese por ella.
– Prueba una vez por semana un plato nuevo. Experimenta con nuevos ingredientes.
– Cocina al menos una vez al día.
– Si deseas alimentos “de los de antes” tómalos en pequeñas cantidades.
– Los cambios rápidos no duran. Esto no es una dieta, es la base para una forma de vida sana y de calidad.
Segundo paso
– Reduce el consumo de azucares refinados: Azúcar blanco o moreno, fructosa, sacarina, miel, sirope de arce, chocolate, pastelería, horneados con azúcar, mermeladas con azúcar, chicles, bebidas azucaradas, gaseosas.
– Reduce el consumo de bebidas alcohólicas.
– Reduce el consumo de estimulantes: cafés, tés, bebidas industriales, etc.
– Incrementa el consumo de bebidas más naturales: zumos de frutas o verduras, infusiones, café de cereales, té sin estimulantes.
– Come fruta fresca o seca (sin sulfatos) en lugar de pastelería y dulces.
– Cambia a aliños, aderezo y salsas de buena calidad, sin aditivos, colorantes o sabores artificiales.
– Aumenta el consumo de verduras.
– Inspírate en el mercado, aprende de la gran variedad y riqueza que se ofrece.
– Descubre la variedad de las proteínas vegetales y practica recetas simples.
– Consume verduras y frutas locales y de la estación.
– Descubre el valor depurativo y remineralizante de las verduras del mar.
– Toma fermentados naturales cada día.
– Sigue con las clases de cocina y el grupo de apoyo.
– Observa los cambios que se van produciendo en ti poco a poco. Coméntalo con algún experto y no seas impaciente.
Macrobiótica – Nutrición Energética Consciente
Colaborador y consultor de Macrobiótica en La Biotika www.labiotika.es
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